11 elementos imprescindibles que no te pueden falt" style="widht:auto">Actualizada el 15 de Sep de 2021
El cuidado de una persona mayor amerita mucha responsabilidad y sobre todo paciencia pues dependiendo de su condición, nos resultará ser una tarea muy gratificante o agotadora y estresante. Sin embargo, en la actualidad podemos contar con numerosas herramientas que no solo nos facilitará la tarea de cuidar de una persona mayor, sino que, además, beneficiará a nuestro “paciente”.
¿Por qué afirmar el hecho de que las herramientas que existen en la actualidad benefician a “nuestro paciente”? Es sabido que, a diferencia de muchos jóvenes y adultos, las personas mayores tienden a volverse muy dependientes de quienes los cuidamos. Por ende, los psicoterapeutas recomiendan que, en lo posible, debemos fomentar su autonomía a fin de evitar los estados depresivos.
Las diferentes herramientas de cuidados que podemos encontrar en sitios como Activa Senior, suelen ser fáciles de manejar. Por ende, una persona mayor (dependiendo obviamente de su condición) puede ser capaz de gestionar su cuidado y con ello, sentirse más independiente y mejor anímicamente. A continuación, te mencionaremos algunas herramientas de salud con la que deberías estar equipado al momento de cuidar de una persona mayor.
Tensiómetros
¿Vamos a cuidar una persona mayor que sufra de hipertensión o problemas cardíacos? Si es así debemos tener obligatoriamente un tensiómetro para así, tener un control de sus valores de sístole, diástole y pulso. Al momento de adquirir un dispositivo de estos debemos asegurarnos de que el mismo tenga su homologación y esté debidamente calibrado.
Es importante reseñar que contar con estas herramientas no solo nos será útil en el cuidado de personas mayores sino con toda la familia en general. Y es que dispositivos como los termómetros digitales o los nebulizadores nos pueden ayudar a prevenir condiciones que fácilmente pueden empeorarse tales como: gripes, resfríos, reacciones alérgicas, etc.
Termómetros digitales
Sin duda, uno de los instrumentos médicos que debemos tener a la hora de cuidar de las personas mayores son los termómetros digitales. Estos han remplazado a los arcaicos y tóxicos termómetros de mercurio debido no solo a su seguridad, sino a su fiabilidad y que nos muestra los resultados de la temperatura corporal en muy poco tiempo.
Estos dispositivos nos resultarán muy útiles para estar prevenidos o seguir la evolución de alguna enfermedad o infección.
Glucómetros
Si la persona mayor a cuidar es diabética o tiende a padecer de altos niveles de glucosa en la sangre, debemos contar necesariamente con un glucómetro. Esto con la finalidad de estar al tanto de los niveles de azúcar en la sangre de nuestro “paciente”. Al igual que como sucede con los termómetros, actualmente los glucómetros son totalmente digitales, fáciles de manejar y con resultados en muy pocos segundos.
Nebulizadores
En las zonas urbanas es muy común encontrarnos con personas mayores que sufran condiciones respiratorias que van desde simples alergias hasta asmas o problemas bronquiales. Por este hecho resulta prácticamente imprescindible contar con un nebulizador si vamos a cuidar una persona mayor. En todo caso lo recomendable es adquirir un nebulizador que sea lo más sencillo de usar y compatible con la mayor cantidad de medicamentos respiratorios posibles.
Sillas de ruedas
En caso de que tengamos que cuidar a una persona mayor que tenga limitaciones físicas, ya sea por alguna condición (cáncer, afecciones musculares, osteoporosis, etc.) o por tener una edad bastante avanzada, tener una silla de ruedas nos ayudará drásticamente. En cuanto al tipo de silla de ruedas a recomendar, lo lógico es que esta tenga una buena resistencia, ofrezca comodidad a “nuestro paciente” y sea lo bastante versátil para poder llevarla a cualquier sitio.
Colchones antiescaras
Si la persona mayor a cuidar debe estar mucho tiempo en cama, lo idóneo es que le dispongamos de una cama con un colchón antiescaras. Así evitaremos la aparición de afecciones dermatológicas como llagas provocadas por el constante roce y presión de la persona con el colchón. Es importante recordar que este tipo de afecciones puede llegar incluso a comprometer la vida de “nuestro paciente”, ya que puede originar una infección y sumársela a la condición que tenga la persona mayor.